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Este lugar, si es que así lo podemos denominar, en el cual usted se encuentra en estos momentos,NO EXISTE. como no existe usted. ACÉPTELO.

lunes, 26 de julio de 2010

La Institución es una Porquería


La institución es una porquería

Acá tendría que ir un lindo arranque académico que dé cuenta de los autores trabajados a lo largo del año. Esa orden impuesta desde instituciones que nos trascienden quiere impedir que este trabajo empiece con este lindo dibujo:


Queremos y vamos a hablar de la educación. Nos parece una porquería (como la institución) porque en su afán de agenciar trescientos administradores de empresa, se están aniquilando 200 Dalíes. La consideramos una porquería siguiendo, como indica la RAE : 2. f. coloq. Cosa vieja, rota o que no desempeña su función como debiera.

Una cosa vieja que promueve valores y saberes heredados de una época donde se buscaba funcionalidad, eficiencia y razón cartesiana. Está rota y no desempeña su función como debiera ser, solo funciona como maquina generalizadora y clasificadora de deberes ser y no como posibilitadoras del desarrollo de composiciones creativas e innovadoras.

La educación pública deja de lado agenciamientos creativos como lo son las expresiones artísticas. La búsqueda de lo que el cuerpo quiere, se ve desplazada al chocar con el deber ser que construye la máquina abstracta, la que separa la cabeza del resto del cuerpo. Los sistemas de educación buscan la construcción de educadores, para perpetuar un sistema cerrado. Profesores que solo ven en el cuerpo un vehículo para sus cabezas.

A Dios razón no se lo cuestiona, sino que se lo alaba apartándose del error. Se educa sin posibilidad de componer. En todas partes del mundo la jerarquía de las asignaturas dictadas en las escuelas públicas es similar. Se priorizan los contenidos orientados hacia el lenguaje (aritmético, lógico, formal), son segmentariedades duras que se encuentran representadas como argumentos de verdad a los cuales es muy difícil hacerles frente.

La escuela nos enseño que tenemos a escribir sobre el tema “la vaca”. Desde esa consigna en adelante, pasamos por un “Hoy es Lunes 5 de abril, día soleado” (¡Por qué no hablar sobre Ben 10!), unir con flechas,[1] (¡Con flechas!). Un semáforo para juzgar binariamente, con un amarillo de adorno, entre bueno o malo. Word no reconoce la palabra binariamente, la subraya de rojo como la señorita, pero conoce muy bien la palabra moral, como la señorita.

Fafa era otro en la terraza. Fafa cuando bajo al departamento se calló, se puso a leer la revista eñe y preparó unos mates. Fafa quiere leer esto. Porque Fafa teme por la ausencia de sentido que puedan tener estas líneas. Fafa puede tener un buen encuentro con el texto. Fafa lo tuvo.

Aquí serán reafirmadas todas las palabras en una celeste jerarquía. La escuela con sus fuerzas reactivas nos impide ver al suicida parado en el piso quince con la tormenta a punto de desatarse detrás. Haber podido fisurar[2] con el deber ser de estudiantes frente a la computadora, dentro del departamento leyendo los apuntes, subrayándolos, nos dejó ver esa imagen. El grupo aceptó, sin dudar, subir a la terraza a discutir sobre “el tema” a trabajar, permitir fugarnos sobre el techo nos dejó verlo: era una bolsa negra, la que quizás utilizaron para subir material al último piso, “la ociosidad es la madre de toda psicología ¡Vaya! ¿Será entonces la psicología un vicio?”, tirados panza arriba con las primeras gotas de la tormenta lo vimos balancear, la bolsa devino en un suicida que nunca concretó su tarea. Fueron reales, quizás por una eternidad, todas sus angustias y su pánico a la altura. Y allí el momento cúlmine de una desterritorialización, indescriptible, incodificable, el momento extremo, la potencia en su estado puro y perpetuo. Pero claro, no era real, ni fue una eternidad, ni era un hombre, ni se quería suicidar, las matemáticas nunca nos mienten, ni la química que nos dice que su composición es de plástico y no de carne y huesos.

Parado al frente de un salón, allí con mis compañeros observando, escribiendo en el pizarrón, aparece mi rostro. Cumpliendo lo pactado caracteriza cada cosa, la organiza. Parado con el guardapolvo planchado, la mano derecha sostiene la tiza, con la izquierda el cuaderno, leo, copio, cada parte, cada faceta rostrificada, algunos detalles se asoman como agujeros negros dejando fugar particularidades, aún así enmarcadas, estrechas. La mirada de los demás me codifica, me juzga, me organiza, provocan que apriete fuerte la tiza e ignora esa intensidad.

De pronto devengo patriota. Lo veo a Miltón (qué es uruguayo) en el escenario personificando a Belgrano, mientras la escarapela prolija; organizada, celeste y blanca, el mismo celeste y el mismo blanco para todos los guardapolvos que tenían pocas horas de planchado; producía encuentros poco agradables.


San Lorenzo (marcha)

Febo asoma; ya sus rayos
iluminan el histórico convento;

tras los muros, sordo ruido,

oír se deja de corceles y de acero.

Son las huestes que prepara

San Martín para luchar en San Lorenzo;

el clarín estridente sonó
y la voz del gran jefe

a la carga ordenó.

Avanza el enemigo
a paso redoblado,
– SE ROSTRIFICO EN MAPA POLITICO
al viento desplegado
su rojo pabellón.

;PUNTO Y COMA, LOS ZAPATOS DE MI ABUELA SON DE GOMA.

SE ROSTRIFICO EN MAPA POLITICO



Eso fue creación. No hubo forma de explicárselo a la autoridad. Esta micropolítica que se intenta despegar de la simbología patria, de lo impuesto, termina convirtiéndose en agenciamiento cuya intención tiende a la desterritorialización de las convenciones y será tomado por otros a partir de futuros encuentros, intercambios y composiciones.

El mismo señor que nos habló del nihilismo de las fuerzas reactivas, de aquel modo de vivir del esclavo, hoy nos sorprendió con una reflexión memorable: “la cultura es antagónica a la institución, una se alimenta de la otra”. La escuela viene a ser esa institución que ata, que atiborra los encuentros, que los clasifica, que jerarquiza, que busca la normalización. Busca las intensidades controladas, el grado lo más cercano a cero. Los grandes cambios, quiebres, composiciones culturales se generan en tanto se descompongan relaciones macropolíticas, se desestabilice la organización. Inversamente sucede en momentos de alta rigidez de los agenciamientos políticos, las composiciones culturales se normalizan, se repiten, se ven atadas. Podría parecer que ciertas desestabilizaciones de lo instituido dan lugar a líneas de fuga, a micropolíticas que flexibilizan, que resisten.

En el 2001 se da en Argentina un quiebre macropolítico, que pone entre ojos los agenciamientos instituidos hasta ese entonces. No casualmente surgen fisuras dentro del mapa de la cultura musical. La cumbia villera y el rock barrial pasan a ser dos nuevos estilos de la música popular. Son producto de un devenir de los flujos que se daban historicamente, no planeados, aparecieron expresando intensidades nuevas, al menos para la industria de la música popular.

Quiero hablar sobre una famosa consigna escolar, educacional si se quiere. El verdadero o falso. ¿Es acaso una manera sencilla de poner en práctica conocimientos? No lo creemos. Entendemos más bien a la práctica como un accionar, un componer a partir de encuentros. El verdadero o falso aparece como una segmentariedad rígida, otra vez marcandonos dos posibilidades, juzgando qué es aquello verdadero, bueno, útil y qué no lo es, no entran terceros en el juego. Están allí enfrentados la verdad y falsedad en un duelo que se decide en el juicio de lo correcto, nada librado al azar.

El maestro manda, los alumnos obedecen. Así se organiza el régimen de signos, ellos necesarios para lo que no podemos expresar. En Spinoza la expresión es unívoca y allí se da el conocimiento. Los signos son equívocos, plantean un orden por lo que no pueden conocer

Dos y dos son cuatro, cuatro y dos son seis. Es mí mujer, mí casa, mí auto. Es mí carrera, mí trabajo y yo. ¿Dónde está lo múltiple?

En la escuela nos enseñan la más dura verdad: somos nucas[3]. Desde nuestra perspectiva nos identificamos a través de ese otro que es similar a nosotros a los que llamamos “compañeros”, sentados en pupitres rígidos hacia el frente vemos sus rostros, son nucas, soy nuca, nuestras expresiones no existen, inclinar la cabeza a la izquierda es un crimen, como bien lo marcó Foucault ¿Qué pasa si un día llego y orino sobre los pupitres tranquilo porque no tengo cara? Insulto a mi maestra, ya que es autoridad y es diferente a mí, me reafirmo ¿Me veo desatado? ¿Soy libre? Lo primero que harán será llamar a mis padres, pues saben muy bien la condena moral que eso significa: la culpa.


“Dibuja a tus padres” puede ser una consigna problemática para una instancia educativa. Sabiendo que los niños tienden a expresarse menos rígidamente. Qué sucede cuando estos dibujos están lejos de los contornos de personas, si son creaciones intensas, expresivas. Seguramente sucederá que el niño será catalogado y tratado como alguien con “dificultades en el aprendizaje”, y tal vez ignoren su capacidad compositiva. Llamarán a sus padres, reafirmando la institución familiar, el núcleo de formación de las rostridades.

Laura tiene 6 años, sus maestras recomendaron que visite especialistas por problemas de “falta de atención en clases”, no podía quedarse quieta. Después de visitar varios consultorios llega a lo de un psiquiatra que le diagnosticaría el problema. Tras hablar con la madre el doctor probó sólo ver cómo actuaba, qué hacía sin una consigna o restricción. La niña comenzó a moverse al ritmo de una canción en la radio de la habitación contigua. El doctor llamó a la madre y le dijo, no está loca, es bailarina.

Laura se dedicó a la danza el resto de su vida. Esta podría llamarse una desterritorialización positiva, una tendencia al eterno retorno que devino en composición. Por azar Laura fue a parar a lo de ese doctor y no a otro.

Crear. Crear. Crear. Crear. No repetir.

Del encuentro de instituciones tan poderosas como lo son las escuelas públicas con los alumnos tienen que componerse flujos intensos de rizomas. Que el deber ser, persiga otro ideal, aunque sea menos berreta, sí, sí, no podemos juzgar, pero es muy berreta, una porquería. El mundo de la inmanencia es el mundo totalmente anti-jerárquico, por eso este tiene que ser el principio que posibilite nuevos agenciamientos, diversas fugas. Nos interesa este mundo, el otro ya lo conocemos, y es una porquería, necesaria, pero porquería. Como las mujeres, como el futbol, como las drogas, como la luz para que esta computadora funcione, como miranda!, etc. El plano de la inmanencia es desconocido, viene por debajo del lenguaje, oculto. Allí queremos explorar, buscar. Se trataría pues no de la formación, sino de la búsqueda de la individuación. Individuo diverso, único, pero equivalente a los demás cuerpos en tanto hace lo que puede, y compone relaciones con otros. Comunica y crea.


Crear. Crear. Crear. Crear. No repetir.

Del encuentro de instituciones tan poderosas como lo son las escuelas públicas con los alumnos tienen que componerse flujos intensos de rizomas. Que el deber ser, persiga otro ideal, aunque sea menos berreta, sí, sí, no podemos juzgar, pero es muy berreta, una porquería. El mundo de la inmanencia es el mundo totalmente anti-jerárquico, por eso este tiene que ser el principio que posibilite nuevos agenciamientos, diversas fugas. Nos interesa este mundo, el otro ya lo conocemos, y es una porquería, necesaria, pero porquería. Como las mujeres, como el futbol, como las drogas, como la luz para que esta computadora funcione, como miranda!, etc. El plano de la inmanencia es desconocido, viene por debajo del lenguaje, oculto. Allí queremos explorar, buscar. Se trataría pues no de la formación, sino de la búsqueda de la individuación. Individuo diverso, único, pero equivalente a los demás cuerpos en tanto hace lo que puede, y compone relaciones con otros. Comunica y crea.

[1] ¿Somos indios?

[2] Fisurar es otra palabra que el Word no reconoce

[3] “El rostro es la resignificancia. Rebota el significado”



Los que escribieron esto son à Mario Armas. Lisandro Aira. Fafa Rufino. Franco scocco


1 comentario:

  1. «...no está loca, es bailarina»
    Felicitaciones para Mario, Lisandro, Fafa y Franco.
    Digo y si la inmanencia escarba en napas vacías, y si en nuestro tiempo solo vale producirse un buen inconsciente, «etiquétame».
    La utopía ha perdido su inocencia titula a Sloterdijk en una vieja entrevista « no es el inconsciente quien va a salvarnos» y sigue… léanlo http://www.enfocarte.com/1.8/entrevista.html también en otro texto dice «En el retorno a sí mismo cada uno y cada una tienen que intentar comprender ahora la ventaja de ser quien es.» (Sloterdijk, 2007, pág. 178)
    Pensar en red es otra manera de gritarles —pica… a estas escondidas que juegan con vuestros intríngulis rizomáticos deleuzianos una modo de romper la croqueta al respecto es leerlo a (Watts, 2006)
    Ya la seguiremos, da gusto pensar frente a ustedes…
    Nota:
    Watts Duncan J. Seis grados de separación. La ciencia de las redes en la era del acceso [Libro]. - Barcelona : Paidós, 2006. (El texto completo en fotocopiadora de Riobamba 109 bis-Rosario)

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