Traductor
| | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | | |

Este lugar, si es que así lo podemos denominar, en el cual usted se encuentra en estos momentos,NO EXISTE. como no existe usted. ACÉPTELO.

martes, 20 de julio de 2010

La Otra Vereda

L La


Otra


vereda








““No podemos pensar ni escribir como no nos sentemos (G. Flaubert).” ¡Te he pescado, nihilista! Precisamente la carne del trasero sustituye el pecado contra el espíritu santo. Solo tienen valor los pensamientos que nos vienen mientras andamos”

Friedrich Nietzsche.





Una de las características que pueden definir a Internet, es la posibilidad de “navegar” por una infinita cantidad de lugares. Desde conocer el estado del tiempo en cualquier sector del planeta, mirar un video de un tal Álvaro, hasta concurrir a una plataforma virtual universitaria. Todo esto, desde la comodidad de la casa, sentado frente a una pantalla, y a través de un simple y sigiloso “click”.

Además de las ya mencionadas actividades que posibilita la triple W, no debemos olvidar el gran avance y éxito que distintas redes virtuales han tenido en la última década. En nuestro país, una de las más conocidas y utilizadas en estos momentos es Facebook, plataforma virtual a la que desde principios del 2008 se puede acceder en castellano. Facebook es un sitio Web gratuito de redes sociales creado por Mark Zuckerberg. Originalmente era un sitio para estudiantes de la Universidad de Harvard, pero actualmente está abierto a cualquier persona que tenga una cuenta de correo electrónico. Los usuarios pueden participar en una o más redes sociales, en relación con su situación académica, su lugar de trabajo o región geográfica.

Pero dejemos por un momento de lado las redes sociales, para pasar a preguntarnos que es lo virtual. Desde un pensamiento rápido y simplista se nos escapa una primera respuesta, lo virtual es lo no real o bien que escapa a lo real, pero donde la creación se hace presente. Pero luego de haber profundizado en el tema, esta respuesta parece un tanto apresurada. “Lo virtual no es lo opuesto a lo real, sino una forma de ser fecunda y potente que favorece los procesos de creación, abre horizontes, cava posos llenos de sentidos bajo la superficialidad de la presencia física inmediata”[1].

Así, en este espacio virtual no se produce la destrucción de la realidad, lo que sucede es la transformación, un cambio en la configuración de uno mismo. Ésta deviene virtual. Se puede decir que es una creación, una invención a partir de la configuración de fuerzas con una finalidad. Es así que se producen cualidades nuevas que alimentan lo virtual. Esta configuración es motivada en primer lugar por el cambio de tiempo. En este sentido Derrick de Kerckhove nos habla de un tiempo “real expandido”; a diferencia del tiempo cronológico comentado por Lewis[2]. “El tiempo real expandido es la duración de la pertenencia de un intercambio en acción”, afirmó de Kerckhove. La principal modalidad de la virtualización es la separación del aquí y del ahora. Es decir, el distanciamiento del tiempo representacional producto de la virtualización del lenguaje, a través del cual nos sumergimos a un presente, con un pasado y futuro.

Ahora bien, este mundo que permite dicha construcción personal ¿que clase de espacio es?. Es decir, ¿donde nos encontramos cuando nos sumergimos en la red? Una vez dentro de ella, nos mantenemos en constante movimiento, como autos en una autopista recorriendo incansablemente la infinidad de la red. Podemos decir entonces, que se trata de no-lugares. Somos simples pasajeros navegando sin un destino previsible. Entramos por tranquera abierta, recorremos, indagamos, pero siempre en movimiento; somos flujos constantes. En este momento nos encontraríamos dentro de una sociedad rizomática. En lugar de seguir líneas o caminos continuos, saltamos de un nodo de la red a otro nodo, de una línea del rizoma a otra línea. Esto es, desterritorialización.

A este aspecto podemos conectarlo con los binomios trabajados por Lévy en ¿Qué es lo virtual?, donde el autor sitúa a lo potencial y lo virtual en el territorio de "lo latente", lo no manifiesto, mientras que lo real y lo actual se corresponden al plano de “lo patente” "lo manifiesto". Estas maneras de ser, circulan constantemente una dentro de la otra, de ahí la definición de cuatro movimientos o transformaciones principales, que corresponden cada una a formas de causalidad y temporalidad diferentes. Lo virtual, entendido no como aquello imaginario o inexistente, sino como una forma más que tiene de presentarse la realidad.

En este sentido, dicho espacio virtual se proyecta como línea de fuga en un sinnúmero de aspectos que nos posiciona frente a un mundo diferente en el que todo lo instituido se difumina y pierde su solidez. Así, muchos usuarios de Internet (individuos que en la sociedad cumplen roles asignados por el sistema) encuentran aquí una plataforma idónea para escapar, huir de la “gran máquina” queriendo descubrir nuevos mundos donde generar espacios propios, con sus propias reglas o sin ellas, escindiéndose de la masa asfixiante. Pero esto es posible sólo en parte, ya que este mundo virtual no se rige del mismo modo en que lo hace el mundo tangible, mas no por eso esta desprotegido. Se ampara en reglamentaciones de lo más diversas, que responden a intereses privados, en su gran mayoría. De aquí que la participación de los usuarios puede o no escapar a las sanciones virtuales. Los “moderadores” propios de cada espacio virtual se esmeran en filtrar -dentro de las posibilidades que les permite este caótico mundo de viajeros intermitentes- publicaciones que consideren nocivas a sus intereses en un intento de regular lo que hasta ahora no está legislado.

En relación a lo anteriormente dicho, podemos citar un ejemplo concretamente real dentro del campo virtual. Aproximadamente 250 millones de usuarios (y decimos aproximadamente, pues este tipos de redes sufren actualizaciones constantes, lo que impide un conteo exacto) transitan cotidianamente el territorio definido por Facebook. Aquí, nosotros particularmente encontramos un espacio novedoso para la publicación de nuestras producciones audiovisuales (como fue el caso de “El fantabuloso mundo de borro”[3]), que, y por las más variadas razones, difícilmente podrían ser exhibidas por los medios de comunicación que monopolizan la televisión de la ciudad. Estamos hablando de la publicación semanal de un programa de quince minutos que aborda temáticas diversas aunando las rizomáticas ideas de todos y cada uno de los integrantes de nuestro grupo. Por alguna razón, inherente a la arbitrariedad del moderador de Facebook, se emitieron sólo 11 capítulos. Parece que el último de éstos despertó la atención de los guardianes de este espacio virtual, que dictaminaron: “Su espacio ha sido eliminado por atentar contra las políticas de Facebook”. No sin antes tildar nuestras producciones de “spam”, esto es, “correo basura que perjudica de alguna o varias maneras a su receptor”.

Pero justamente es esto lo que posibilita la red, es decir, desaparecer de una plataforma no implica desaparecer por completo. La red es un multiverso, (término usado para definir los múltiples universos posibles, incluido el nuestro propio[4]).

Si bien nuestra identidad en Facebook fue concretamente eliminada (situación muy propia de este mundo virtual), la infinidad de posibilidades de acción que permite este medio insta a los usuarios a no desistir, a devenir en nuevas identidades constantemente, muchas de las cuales, en ciertas ocasiones, se conforman de una multiplicidad de subjetividades. Esto es, varios usuarios respondiendo a una misma identidad virtual. Con esto, hacemos referencia a la capacidad y potencia que poseen distintas máquinas sociales (Facebook, Twitter, you tube, vimeo, entre otras) para generar diferentes agenciamientos. Máquinas sociales que cortan nuestros flujos moldeando y generando nuevas subjetividades.

Un nuevo ejemplo surge con la rizomática serie animada estadounidense South Park, que analizamos en uno de sus capítulos titulado “haz el amor, no el Warcraft”[5]. Aquí se da una particular situación con los personajes de la tira cuando juegan a través de un juego virtual llamado Warcraft, que se caracteriza por ser de rol multijugador masivo online. En este caso, cada jugador controla un personaje dentro de un mundo en una vista de primera persona, explorando el entorno, peleando contra varios monstruos, completando misiones e interactuando con otros jugadores.

Lo particular aquí es ver la concreta posibilidad que encuentran los personajes de devenir en nuevas identidades virtuales con ciertos poderes y todo lo que ello conlleva.

Los ejemplos son numerosos, y en todos ellos es posible apreciar la intromisión del deseo en los personajes que buscan en el mundo aumentar su potencia. Deleuze propone que el inconsciente es una fábrica y que el deseo es producción, con lo que deja en claro que no es cierto que se desee un objeto, sino que siempre que se desea, se desea un conjunto. Así, los protagonistas de la serie se sumergen grotesca y casi completamente en las nuevas posibilidades que se abren frente a ellos, más allá de participar del juego virtual propiamente dicho. Para citar un ejemplo concreto, traemos a colación una frase dicha por el padre de uno de los protagonistas en relación a su personaje en el juego : “Esto es un juego?” lo interpelan, a lo que responde: “No estúpido, juego con personas reales!! Soy un cazador nivel 2, puedo charlar con toda esta gente! En el mundo exterior soy un simple geólogo, pero aquí soy Falcorn, defensor de la Alianza. Sobreviví a la Mina de Fargot; derroté al Pez Sangriento en la tierra...”.

Sin embargo, es innegable que con todo lo ejemplificado descubrimos en estos curiosos personajes la fuerza activa que arremete con todo su delirio cuando quiebra lo instituído. “El gran error, el único error seria creer que una línea de fuga consiste en huir de la vida, evadirse en lo imaginario o en el arte. Al contrario huir es producir lo real, crear vida, encontrar un arma. No hay nada mas activo que una huida”, sintetiza Deleuze. De otra manera, habitar espacios.

A partir de estos distintos grupos que se fueron configurando en el seno de la red, donde de alguna manera intentan salirse de las instituciones, aislarse de la sociedad, quitarse la imágen de identidad que le es impuesta por medio de la experimentación y la búsqueda de trascendencia; de la necesidad de correr riesgos; de salir de lo dogmático; de sentirse vivo; buscan; se integran; conforman agenciamientos, tribus urbanas que satisfagan y compartan esta necesidad. Son singularidades en potencia, con una gran capacidad de actuar y afectar a otras.

“Estos sistemas contribuirán a coordinar acciones con otros ciudadanos del mundo, pero también con las personas del entorno más próximo, lo cual es, si cabe, más importante. Los grupos humanos que empleen estos instrumentos adquirirán nuevas formas de poder social, nuevos medios para organizar sus interacciones e intercambios en el momento justo y en el lugar adecuado. Las fortunas de mañana estarán en manos de quien sepa involucrarse en estos cambios, y las de ayer se perderán si los empresarios no se adaptan. Como ha sucedido con los ordenadores personales e Internet, los principales adelantos no surgirán en el seno de los líderes industriales establecidos, sino en la periferia, en pequeños grupos de jóvenes emprendedores o asociaciones de aficionados. Sobre todo en las asociaciones de aficionados”.[6]

Este es el caso de lo taringueros, bloggers, floggers, hackers, entre otros, quienes conforman sus singularidades a partir de dichos encuentros virtuales. Estas singularidades que se conforman a partir de la red no conocen su potencia hasta que no se afirman en lo múltiple, en un devenir activo que lleve a la experimentación, al azar, al rizoma como medio de relación, creación y expresión. Es en esta interacción con el otro donde terminamos de conformarnos como sujetos en esta sociedad, donde la participación es primordial. Siempre que el caos eterno lo permita hacen posible un nuevo mundo donde encontrar una multiplicidad de singularidades sin jerarquías, donde cada uno deja de ser simplemente un anónimo. Así, estas tecnologías, en su capacidad de potencia máxima pueden desbordar -por todos lados- los límites del sistema. Pero a su vez también pueden convertirse en un espacio más para la estratificación en los casos que sean dominadas y manipuladas por un sistema uniforme.

Según Manuel Castells la tercera revolución tecnológica da paso a una nueva sociedad: la “sociedad-red”, y ésta según el autor, basada en la unión de la información y el conocimiento como piedra angular.

Un sistema de redes (...) enlaza a millones de personas en nuevos espacios que están cambiando la forma con la que pensamos, la naturaleza de nuestra sexualidad, la forma de nuestras comunidades, nuestras verdaderas identidades”[7].

Cada vez más personas alrededor del mundo prenden su PC e interactúan inmediatamente con cualquier otra persona. Miles de computadoras enviando y recibiendo información. Esto inevitablemente modifica las relaciones entre personas. Pero además modifica la forma de trabajo, las relaciones económicas y políticas.

El filosofo José Pablo Feinmann[8] expresó que "Internet es una de las grandes armas para entretener, pero evidentemente algo genera. Ahora bien: la revolución no se hace allí, se hace en la calle. No se hace demoliendo la honra de alguien en Facebook, se hace manifestando. No podes ser un héroe tocando tres teclas, si no, cualquier gil cree que se comunica con las masas".

Tipear, publicar, comentar o clickear, si bien no son precisamente actos “comprometidos” ni generará la revolución, pero si podemos decir que posibilita una disposición a la acción. La afección que genera la conectividad es central, facebook, blogs, foros, entre otros se han convertido en un espacio donde la publicación de un usuario genera la participación de otros usuarios. De esta manera, estos sitios mencionados se han convertido en sitios donde fluye la heterogeneidad, pero donde se generan espacios de debate de ideas, donde se puede compartir información y hasta si se quiere luchar por causas comunes.

“La pantalla de cada participante deviene al mismo tiempo un portal y una herramienta para poder pensar conectado. En la Red accedemos al contenido de la imaginación y de la memoria de otras personas. La pantalla de cada usuario se transforma en espacio donde la imaginación y la memoria propias se encuentran con la imaginación y memoria de otra mucha gente”[9]

En nuestro país son varios los casos, como por ejemplo Greenpeace consiguió más de un millón de firmas vía e-mail para que se vote en el Congreso la Ley de Bosques; en Facebook uno puede aportar su idea en favor del salario de los maestros, o en contra de la compra de picanas Teaser para la Policía Metropolitana. Pero sin duda, uno de los casos más destacables de la disposición a la acción através de estos portales Web, es el boom de 678[10] y su participación en Facebook. A partir del debate centrado en la implementación de la nueva ley de servicios audiovisuales, los seguidores de dicho programas sugirieron una convocatoria en defensa y apoyo de esta, a partir de publicaciones y comentarios plasmados en el “muro” de Facebook de este programa. La reunión fue difundida a través del programa, por radio y vía mail, pero el medio por el cual se sumaron más adeptos fue en Facebook. Donde además de apoyar y concordar en una misma causa, pudieron proponer diferentes ideas y llevaron a cabo con manifestaciones multitudinarias esta pequeña idea surgida a partir de Facebook.

Intentando poner fin a esta humilde reflexión parece oportuno resaltar la identificación que se genera a partir de soportes virtuales tan heterogéneos. Es decir, en el caso de Facebook podríamos decir que se trata de una “casa” donde cada uno deja una nota, un comentario o una publicación. Donde todos se leen. Y a partir de esto generar las más diversas reacciones. Este mismo texto podrá ser comentado, refutado, le podrá gustar o no a algún curioso que se de cita en Facebook. Pero más allá de eso, nos da la posibilidad de compartir información y afectarse con ella.

Me gusta pensarme como alguien que le gusta darse baños en piscinas llenas de inteligencia ajena, de cultura ajena, de sabiduría ajena. Cuanto más ajena, mejor. Cuanto menos coincide con mis pequeños saberes, mejor.”[11]; Suscitó Pepe Mujica en uno de sus discursos de campaña electoral en enero de 2010, refiriéndose a la educación y a la importancia de sumar las ventajas de la Red al ciclo escolar.

Citas


[1] Levy, Pierre “¿Que es lo virtual?”

[2] Lewis, Mumford. “Preparación Cultural”, en Técnica y civilización. Ed. Alianza, Madrid, 1982.

[3] Programa de realización propia publicado en nuestro blog /www.portonrojo.blogspot.com/ además de publicar en Facebook con la intención de publicitarlo.

[6] Reinghold, Howard. “Multitudes inteligentes, la próxima revolución social” 2004

[7] TURKLE, Sherry, “La vida en la pantalla. La construcción de la identidad en la era de Internet”

[8] Buenos Aires, 1943. Filósofo, docente, escritor, ensayista, guionista y conductor de televisión argentino.

[9] de Kerckhove, Derrick; “Inteligencias en conexión”

[10] Programa televisivo emitido por canal 7.

[11] Mujica, José. Presidente de la Republica Oriental del Uruguay.

Bibliografía

1. Turkle, Sherry: “La vida en la pantalla”.

2. de Kerckhove, Derrick; “Inteligencias en conexión”.

3. Reinghold, Howard. “Multitudes inteligentes, la próxima revolución social”.

4. Lewis, Mumford. “Preparación Cultural”, en Técnica y civilización.

5. Levy, Pierre “¿Que es lo virtual?

6. y cuantos otros que permanecen en ese cuarto cerrado pero que siempre dicen presente.


No hay comentarios:

Publicar un comentario