Este lugar, si es que así lo podemos denominar, en el cual usted se encuentra en estos momentos,NO EXISTE. como no existe usted. ACÉPTELO.
miércoles, 19 de mayo de 2010
La imagen astronómica del dia

martes, 18 de mayo de 2010
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Teorema
Teorema
El lugar no era. Por dentro uno, por fuera otro. Como cuando entre dormido no es posible ubicar con exactitud el respaldar de la cama. Ni norte ni sur. Ni fliendo ni chicha.
La comodidad no es algo importante, y en ese momento la comodidad era secundaria. Pero ya que hablamos de ello, sin ninguna duda estaba cómodo, los movimientos eran suaves y cortos, pero prolongados en una exagerada cantidad de tiempo. O no.
“Lo terrible no es que hubiese agua, sino que hay solución pero nadie se encarga” se dice por ahí sin tener en cuenta el peso de las palabras.
Caras, caretas, camperas, camisas sin mangas, alguna polera, Iban desapareciendo de a poco. La luz comenzó a ganar terreno, o eso es lo que ella creía.
¿Así es como comienza?
No me fue difícil comprender que el final se aproximaba, y tenía que comenzar a pensar en el regreso. Todo es cuestión de método. Caminar, andar, toparme con la calle Entre Ríos y no parar hasta ver el río. No mirar a nadie desconocido, no hablar. Era fácil. Muy fácil cuando uno ya no mira, y solo camina. Las calles son solo eso y no cambiaran nunca.
Pero al cruzar la entrada, o la salida, todo cambia. Los hechos de ese momento, el presente, no tenían ninguna relación con lo que había sucedido segundos antes. Mi estrategia se disolvió en un instante, y desapareció tan rápido como papa noel en navidad. Todo había cambiado. Sin embargo, la oscuridad insistía en no abandonar su prometido.
Lo que parecía fácil e innato, se transformó en una gran incógnita.
Entre ríos no estaba donde debía estar, el río no estaba donde debía estar.
Aunque nada estaba donde debía estar, mi cuerpo estaba en esos lugares equivocados y era donde debía estar o donde de repente tuvo que aprender a estar.
Todo era conocido, pero no estaba en su lugar. Era evidente que alguien había decidido mover bruscamente el tablero, y de esa manera las piezas cambiaron de lugar.
La caminata parecía inevitable, así que emprendí viaje.
Caminar me pareció lo mas indicado, lógicamente sin ninguna dirección. Pues creo que lo mas lógico en momentos como estos es caminar hacia… allá.
Si tengo casa, si tengo casa, si tengo casa, un hogar no se. Si tengo casa, con puerta, ventanas, cocina, un baño (para que mas), hasta la cocina separada del comedor. Si tengo casa, si tengo casa, si tengo cosas, demasiadas. Pero habían pateado el tablero. Ahora lo entiendo. Mi casa, que si tengo, no estaba donde estaba cuando salí. Volver al principio no era posible, ya había cerrado. A menos que quisiera volver a algún principio que no fuera el mío, lo único que…. no fui a otro principio.
Caminar. Seguir caminando, con la ilusión de que en algún momento aquel que había decidido mover las fichas de un sopetón, las acomodaría de la misma manera.
-Dame fuego. Sonó desde más allá con mucha autoridad.
Se acerco y tomo el encendedor. En ese momento me prepare para preguntarle donde quedaba la calle Entre ríos, o Moreno, o cualquier calle. Lo importante no era cual calle, si no que lugar ocupaba en el espacio, y como llegar hasta ella. Pero no me permitió indagar.
-¿Conoces el teorema de Pythagoras? dijo.
En aquel momento no lo recordaba, por lo que respondí NO.
-El Teorema de Pitágoras establece que en un triángulo rectángulo, el cuadrado de la longitud de la hipotenusa, el lado de mayor longitud del triángulo rectángulo, es igual, a la suma de los cuadrados de las longitudes de los dos catetos, los otros dos lados menores del triángulo rectángulo: los que conforman el ángulo recto. Si un triángulo rectángulo tiene catetos de longitudes A y B, y la medida de la hipotenusa es C, se establece que: C2=B2+A2.
- Interesante. Fue lo único que atine a responder. No estaba preparado para que un desconocido comience a hablarme de un teorema en el momento que estaba tratando de ubicar los lugares, o de ubicarme en los lugares. Y si aun estaba parado frente a aquel desconocido era por que tenia mi fuego y no podía perderlo si quería seguir encendiendo mis cigarrillos.
- Eso no es lo importante. Respondió mientras me alcanzaba el fuego. En ese momento podía marcharme, pero no puedo decir que hizo que me quedará allí.
- Los egipcios no conocían este teorema, entonces como levantaron las pirámides? Inquirió.
Silencio. No conocía la respuesta. Y volvió a preguntar. – como levantaron las pirámides entonces?
- No lo se, tuve que decir.
- Muy fácil, las estrellas lo hicieron posible. Ellas, si se lo permites, te guiaran hasta donde lo desees.
- Entonces, ellas podrán guiarme hasta mi casa. Exclamé.
- no haz entendido nada, dijo y volvió a la oscuridad.
Por un momento quede parado, inmóvil. El desconocido de mal aspecto se perdía nuevamente en la oscuridad al grito de “que me dicen que no tengo nada para hacer, cuando tengo piernas para andar” una y otra vez.
No pude más que caminar. Lo que dijo el desconocido me seguía haciendo ruido, pero tenia que concentrarme en volver. Tengo piernas para andar, por lo tanto tengo algo para hacer.
No siempre tenemos la posibilidad de andar sin saber donde. El regreso fue extenso, nadie sabe cuan extenso y mucho menos si en algún momento concluyó. Como tampoco nadie sabe donde esta el respaldar de la cama, ni como se levantaron las pirámides.
Lo único que sabía era andar. La ciudad parecía vacía. Salvo por aquel desconocido, no había visto a nadie más.
Gran momento para cenar la ciudad a mi manera.